Una de las escritoras más relevantes de la literatura española del siglo XIX, que cumple en 2021 el primer centenario de su muerte, Emilia Pardo Bazán es probablemente una de las figuras que más está recolectando todo el valor que muchos de su época no supieron apreciar. Los pazos de Ulloa es su obra célebre y hoy hablaremos de ella y de su continuación, La madre naturaleza, quienes hablan, entre otras cosas, de la interesante dualidad del ser humano.
Emilia Pardo Bazán nació el 16 de septiembre de 1851 en La Coruña, Galicia y se crió en un entorno acomodado, donde recibió una educación en la que se fomentaba arduamente la literatura. Con tan solo 16 años, se casó con el que fue su único marido y fue partidaria del carlismo durante el Sexenio Revolucionario; sin embargo, años después abandonó dicha ideología. Tuvo tres hijos y se acabó divorciando de su marido, lo que le permitió una mayor libertad en fomentar sus intereses literarios e intelectuales sin mayor dificultad.
Cabe destacar que fue la primera en escribir una novela naturalista española, La Tribuna (1883), estilo que culminó en Los pazos de Ulloa (1886-1887), y un año más tarde publicó la continuación, La madre naturaleza.
Pasó gran parte de su vida en Madrid, donde conoció a Benito Pérez Galdós y con el que contrajo una relación amorosa de la que se conservan numerosas cartas. Finalmente, 12 de mayo de 1921 Emilia Pardo Bazán falleció, dejando un legado literario exquisito y de un valor incalculable.
Los Pazos de Ulloa
Los pazos de Ulloa es una novela que relata la decadencia de la aristocracia rural gallega, en un ambiente político muy interesante en el que el caciquismo está a la orden del día.
La trama se desarrolla en torno a Don Pedro Moscoso, marqués de los pazos; Julián, capellán de la familia; Sabel, la criada; Nucha, víctima de las circunstancias y Primitivo, el titiritero de toda la obra y vida de los pazos.
La novela está escrita en tercera persona, relatando de manera muy detallada cada aspecto de la vida de todos los personajes. Sin embargo, no solo se centra en la descripción del entorno, la crudeza con la que describe determinados aspectos físicos, la pomposidad de las comidas y tertulias gallegas y las expresiones de los personajes, que reflejan inherentemente el estado mental de cada uno. Sin duda es de una calidad magnífica que te conquista.
“Salieron del grotesco Pazo cuando ya anochecía, y sin que se lo comunicasen, sin que ellos mismos pudiesen acaso darse cuenta de ello, callaron todo el camino porque les oprimía la tristeza inexplicable de las cosas que se van”
(Fragmento de Los pazos de Ulloa)
Definitivamente , una novela completísima que te deja con ganas de más y que, a pesar del tópico, tiene una segunda parte que no tiene desperdicio.
La Madre Naturaleza
La madre naturaleza es la continuación perfecta. Situada unos años más tarde, nos presenta a unos personajes igual de decadentes pero derrotados, contrastados con la nueva pareja joven y renovada que sigue tiene muchas sorpresas. La decadencia de la aristocracia rural sigue latente, todavía más acentuado por el paso del tiempo.
También escrita en tercera persona, Pardo Bazán no abandona ni mucho menos sus descripciones acerca del paisaje gallego, de las comidas locales y de la psicología de los personajes, pintada a través de sus expresiones y su estado. Plantea un dilema moral totalmente tabú en la sociedad, arriesgado, y que todavía sigue presente, por lo que se convierte en una novela intrigante y reflexiva. Y, por supuesto, la Naturaleza cobra protagonismo en todo el transcurso de la acción, presente para todos, incluido el lector.
“La evolución, sin lucha… Sin lucha, es una utopía”
(Fragmento de La madre naturaleza)
¿Qué más os puedo decir? Emilia Pardo Bazán es una escritora magnífica, con una pluma única que a más de uno le atraerá. Es actual, sus letras siguen vivas todavía y merece toda la relevancia que el tiempo le había quitado. Gracias a la exposición que ha hecho la Biblioteca Nacional de España, muchos hemos tenido la oportunidad de conocer el lado más personal de esta escritora tan importante para nuestra cultura y nuestro país.
Nunca dejéis de leer, os hará libres.
“Naturaleza, te llaman madre… Deberían llamarte madrastra”
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