La gran actriz teatral María Guerrero es la protagonista de esta película realizada en 1940 por Eusebio Fernández Ardavín, basada en una obra teatral de su hermano Luis. Es la historia de un escritor -poeta y dramaturgo- que consigue introducirse en el Madrid de las tertulias literarias y en el Café de Platerías conoce a la florista de la reina, de la cual acaba enamorándose. En la película, Ana Mariscal, vuelve a ponerse delante de las cámaras interpretando un personaje muy parecido al de su anterior película El último húsar.
La actriz y directora de cine Margarita Alexandre debutó en el cine haciendo un pequeñísimo papel en esta película de Eusebio Fernández Ardavín que contaba la historia de un hombre huido de Francia, acusado de un crimen que no cometió y una millonaria que intentaba ganarse la vida por sus propios méritos como copista en el Museo del Prado
Otra de las películas españolas producidas durante la II Guerra Mundial bajo el sistema de las dobles versiones, a la manera de las realizadas en Alemania por Florián Rey e Imperio Argentina. El último húsar supuso el debú de la actriz Ana Mariscal. asidua en nuestro cine durante toda la década de los años 40 y que sería, con posterioridad, una de las directoras pioneras del cine español.
Hoy por hoy nadie discute que calidad sea mejor que cantidad, pero cuando las dos cosas se juntan, entonces la ecuación es perfecta. Porque Joyce Carol Oates, además de haber ganado los más importantes premios literarios es, igualmente una de las escritoras más prolíficas de su país. Es cierto que aún está muy lejos de las 1.800 obras de Lope de Vega o de las 1.200 novelas de Alexandre Dumas, pero con 100 libros publicados y la aparición de dos más cada año, es sin duda, una especie de titán de la letra impresa. Hace tiempo que se acabaron los increíbles registros de los clásicos que, además, escribían sus obras con pluma y tintero. Joyce Carol Oates escribe gruesos volúmenes con máquina de escribir desde que su abuela le regaló una a los catorce años y, por lo que respecta a los premios, los ha ganado todos. Todos menos uno, el Nobel de Literatura, aunque también es cierto que, año tras año, el máximo galardón de las letras universales, llama con insistencia a su puerta.
Tras el éxito de Carmen, la de Triana Florián Rey se atreve con un tema oriental para poner de relieve la influencia de la cultura árabe en España y acude, para ello, a un texto del escritor Manuel Góngora, en busca del exotismo que le había impresionado en la obra de Washington Irving Los cuentos de la Alhambra. Sería rodada en paisajes de Marruecos, en lugares de Larache, Tetuán o Tánger entre otros. En lo personal marca la ruptura sentimental entre el director Florián Rey y la protagonista Imperio Argentina.
Realizada en plena guerra civil española (1938) con un equipo hispano-alemán, fue, en opinión de su protagonista, Imperio Argentina la mejor película de Florián Rey y la mejor de la propia actriz. Rodada entre España y Alemania, adaptó a la pantalla la inmortal obra de Prosper Merimée y constituyó un verdadero éxito.
El productor Saturnino Ugarte echó el resto en esta película dirigida por Francisco Elías en 1936. Estaba basada en un drama de éxito de Salvador Valverde y Rafael de León, con música del maestro Quiroga, que incluía la famosa canción que le da título. Tuvo un reparto estelar con Pastora Imperio, el galán español Antonio Moreno que había triunfado en Hollywood y una jovencísima Carmen Amaya que hacía aquí se segunda película después de La hija de Juan Simón producida por Luis Buñuel. La película auguraba un gran éxito, pero el estallido de la guerra civil dio al traste con las expectativas de sus productores y truncó su carrera comercial.
Tras el éxito comercial de Boliche, Francisco Elías lleva a la pantalla la historia de un ladrón de guante blanco que se burla de la policía y elude la trampa que ésta le tiende a través de una mujer que posee una valiosa joya. Según su director con esta película perdió todo el dinero que había ganado con Boliche, pero le proporcionó un gran prestigio entre la crítica y el público.
En vísperas de la Guerra Civil Española (1935), Luis Buñuel se convierte en productor de cine. Asociado con Ricardo Urgoiti, aporta 150.000 pesetas prestadas por su madre y realiza una adaptación de la obra del alicantino Carlos Arniches, Don Quintín, el amargao, que sería dirigida por Luis Marquina. Su argumento es un tanto melodramático: un hombre amargado al que todo temen tiene una niña y la abandona junto a la caseta de un peón caminero. Años después intenta recuperarla. Cine popular pero realizado con acierto y profesionalidad, que acabó resultando un gran éxito comercial,
La SF nace como género en la década de los años veinte y se propaga con enorme rapidez gracias al interés despertado entre el público por el enorme avance técnico y científico de la humanidad. Desde los tiempos de las Amazing Stories de Hugo Gernsback, el género ha dado un enorme salto cuantitativo aupado por la aparición de escritores de talla universal como Heinlein, Assimov, Clarke, Dick o Bradbury, pero también por la incursión en el genero de autores como Lem, Orwell, Huxley o Kápeck, no habituales en el mismo, cuyas felices incursiones en el terreno de la especulación imaginativa, le dieron respeto y prestigio. Entre los nombres más importantes de la reciente SF figura, sin la menor duda, la norteamericana Ursula K. Le Guin, creadora del universo ficticio de Terramar y acaparadora de los más importantes premios de la SF: los Nebula, Locus y Hugo.
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