El cine español en el recuerdo: 48.- Embrujo (1947)

Producciones BOGA

Dirección: CARLOS SERRANO DE OSMA

Guion: Carlos Serrano de Osma y Pedro Lazaga

Fotografía: Salvador Torres

Música: Jesús García Leoz

INTÉRPRETES:

LOLA FLORES (Lola), MANOLO CARACOL (Manolo), JORGE RIGAUD, MARÍA DOLORES PRADERA (Tita), FERNANDO FERNÁN GÓMEZ (Mentor), CAMINO GARRIGÓ (Taranta), JUAN MAGRIÑÁ (Bailarín), FERNANDO SANCHO (Benson), ANTONIO BOFARULL (Don Antonio), PEDRO PUCHE (Johnson), JOAQUIN SOLER SERRANO (Roberto)

Duración: 77 minutos

Blanco y Negro

SINOPSIS:

Una diva del flamenco, Lola, cuenta su vida y su amor por Manolo a una joven bailarina.

DRAMA

¡Ojalá hubiera hecho una película folklórica al uso de las que se hacían en la época! Seguro que habría triunfado y hoy tendría dinero. Pero, no, yo seguí el mismo camino que en mis trabajos anteriores. Me dijeron: “Lola Flores y Manolo Caracol” y yo dije: “Bueno, pero vamos a hacerlo en plan ruptura”. Y aquello fue como un disparate. La cámara estaba como loca, los ballets de Lola eran antitradicionales, la cámara se ponía en picado sobre ella o en posición cenital o en contrapicado. Fue una auténtica ruptura y se organizó un tremendo escándalo con la distribuidora, que esperaba una película tradicional, al uso y se encontraron con algo tan distinto que se quedaron perplejos. Hoy la película sigue funcionando y yo veo las liquidaciones del control de taquilla y sigue dando dinero y no me lo explico, después de los años que han pasado. Recuerdo que era la época en la que había que llevar a los extras del sindicato. Había que llevar unos cupos fijos quedándose el productor un cupo libre. Por ejemplo, si había 50 extras, había que contratar 47 y los 3 restantes eran de libre disposición., mientras que ahora es al contrario o totalmente libre, por suerte. Pero aquella norma nos la saltamos a la torera. Recuerdo una escena en la intervenía Fernando Fernán Gómez, que interpretaba a una especie de filósofo de taberna, un mentor que acompañaba a Manolo Caracol por todas las tabernas para beber juntos. Pues bien, para el ambiente de las tabernas yo pedí a producción que nos buscaran a la figuración en los estratos sociales más ínfimos. Gente traída directamente de debajo de los puentes. Y así fue. Aquello se llenó de vagabundos que hacían de personas arrinconadas. No había droga como ahora, la droga de entonces era el alcohol. Eran, pues, gentes marginadas reales que daban una sensación de verdad a lo que estábamos filmando. También hicimos construir una grúa casera porque entonces no había grúas en España, las había en Hollywood, en Cinecittá, pero no aquí. Así que hicimos el diseño, la construyeron y la bautizamos como “La Nemesia”. Y yo recuerdo la reticencia con que nos decían: “¡Ah! Y ahora, encima, con grúa! ¿No se puede hacer sin grúa? ¡Si va a quedar igual de bonito…!” Pero a nosotros nos divertía y nos permitía movimientos de cámara totalmente antitradicionales. Y eso fue lo que hicimos: una película aparentemente folklórica, pero que era de ruptura por completo del folklore, dotada de un sentido mágico y… ¿por qué no…telúrico! Y que todavía me impresiona al recordarla. La verdad es que no estoy nada descontento de esta película.

A.G.- Suponemos que la película molestaría profundamente a todos los defensores del cine folklórico tradicional, ¿no es así?

CSdO.- Me imagino que sí porque a Lola no hacían más que decirle que aquello no era lo suyo, que por qué hacía ese cine y cosas por el estilo. Y ella no dejaba de repetir que ni a ella ni a Manolo les gustaba eso del “surrealismo”, que poco más o menos les habían obligado a hacerla etc. Recuerdo que Juanito Valderrama y otros folkloristas al uso que estaban en Barcelona, se acercaban al rodaje y nosotros nos podíamos percatar de su reticencia, sus sonrisitas etc. Realmente molestó porque era como querer degradar, hundir, una línea honestísima del cine español, querer alterarla sin motivos aparentes. No, decididamente no cayó bien en esos ambientes. (EL CINE ESPAÑOL SEGÚN SUS DIRETORES de Antonio Gregori. Entrevista con Carlos Serrano de Osma 1979)

En Barcelona caímos desde Madrid, una cantidad muy escasa, cuatro o cinco personas que nos dedicábamos al cine, como actor, director o escritor, cada uno por una circunstancia determinada. Allí se nos unieron uno o dos más que eran de Barcelona. En este grupo es donde Serrano de Osma con siguió hacer sus primeras películas como director, con Lazaga de ayudante. Yo era componente también de ese grupo que, por cierto, fuel el grupo del que en Madrid surgió la Escuela de Cinematografía, con Victoriano López García, el fundador, como primer director. El hecho de que hiciera estas películas, de esa tendencia, es porque ésa era la tendencia de Serrano de Osma y Lazaga. Yo, dentro de este grupo, era el actor, pero no fue una elección mía, aunque yo estaba muy de acuerdo con aquél intento bastante disparatado, en el momento, de hacer una especie de cine de vanguardia. Y en algún caso, cine de vanguardia con Lola Flores y Manolo Caracol, como Embrujo. Y si es disparatado lo de mi película Manicomio, lo de Embrujo es una cosa…

María Dolores Flores Ruiz, conocida con el apodo de La Faraona. Artista folklórica, bailaora de flamenco y actriz. Cantante de copla, con infinidad de grabaciones y recuerdos que han quedado en la memoria popular. Reflejo de la actriz referente da la época, Pastora Imperio intervino como actriz en 38 películas y llegó a convertirse en el símbolo de toda una época de la vida española. Mantuvo una relación de ocho años con Manolo Caracol, marcada por la pasión y los celos y contrajo matrimonio en 1956 con el guitarrista Antonio González, el “pescaílla”, de quien tuvo tres hijos, Antonio, Lolita y Rosario. Fue una de las primeras mujeres españolas en manifestarse sobre temas tabú, como la prostitución o los malos tratos a las mujeres. En cine trabajó en películas como Martingala, Embrujo, Jack el Negro, La hermana Alegría, Limosna de amores, María de la Ó, Venta de Vargas, El balcón de la Luna, Una señora estupenda, El taxi de los conflictos, Truhanes o Coraje de vivir.

Manuel Ortega Juárez. Fue uno de los mejores cantaores de su tiempo. Ultimo representante de una dinastía gitana de gran prestigio. Emparentado con famosos cantaores de flamenco y matadores taurinos.

Se dio a conocer siendo un niño de doce años en el Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922. Debutó profesionalmente a edad temprana actuando en espectáculos de variedades y desde 1935 se instaló en Madrid actuando en juergas flamencas pagadas por señoritos y terratenientes. Durante la guerra civil hizo teatro con la Niña de los Peines y Pepe Pinto con la estampa escenificada, que mezclaba baile, canto y teatro. Cuando conoció a Lola Flores y formó pareja con ella, su fama se disparó, recorriendo con sus espectáculos todos los rincones de España hasta 1950. En cine trabajó como pareja de Lola Flores en Embrujo y La niña de la venta (1951).